jueves, 7 de febrero de 2008

El sprinter

Es muy gráfica la imagen de un palo en la rueda, que se introduce entre sus radios y la bloquea sin dejar avanzar la bicicleta.
Ahora me siento como el ciclista que va encima de una bicicleta y trata de pedalear para ganar la etapa, pero ve que alguien mete un palo en su rueda y siente como su bicicleta se bloquea, y como el pelotón se acerca y el está parado intentando arreglar el desaguisado y no sabe si llegará a ganar.
Pero por otro lado, confío en mis posibilidades, en que ningún sprinter lanzado a 70 por hora será capaz de alcanzar a un tipo que camina a la pata coja con su bicicleta al hombro si ese que va a la pata coja tiene claro que no puede renunciar al sueño de su vida de ganar la etapa, de subirse al pódium aún sudoroso y descochar una botella enorme de champagne francés, de recibir los flashes d elos periodistas, las entrevistas de las televisiones, el trofeo de manos de algún personaje público y............ los besos de las azafatas, esos besos que saben a victoria, esos besos que le hacen a uno verse como el hombre má simporatnte del mundo en ese momento, esos que te dan los 15 minutos de gloria.
Ganaré al etapa, estoy seguro, descorcharé el champagne y guardaré para siempre los besos de las azafatas en mi memoria.

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