Ponéos en la situación, tenéis un problema con vuestro terminal de teléfono móvil,o celular, como prefiráis llamarlo, y decidís asesoraros en vuestra compañía telefónicasobre como reparar el dichoso teléfono.
Una llamda al 470 y todoresuelto pensáis ilusos de vosotros, pero nooooooo, la cosa es mucho más complicada.
Para empezar, te contesta una máquina con voz supuestamente sugerente y te dice que digas cuál es tu problema, así que, sintiéndote medio gilipollas por hablarle a uan maquinita dices alto y claro A-VE-RÍA, y después de unos segundos dice la voz supuestamente sugerente, perdón, no le he entendido repítalo otra vez, así que vuelves a hacerlo AAA-VEEEEE-RÍIIIAAAA, así marcando cada sílaba, para que la voz esa que imaginas asociada a una tía medio imbécil te entienda, pero nada, qeu no entiende, así que esta vez te dice que si quieres seguir la consulta por el teclado que pulses *, y lo haces, porque los números no son interpretables, y seguro que su cibernético cerebro los entiende, así que esperas a que te diga qué debes pulsar y lo haces.
Ahí suena una música repetitiva y desesperante tirurítata tirurítata hasta que la máquina decide que ya has esperado bastante por ahora y te dice que si quieres hablar con un operado que pulses el 1, y pulsas el 1, y otra vez la música tirurítata y de vez en cuando la voz que dice, estamos gestionando su solicitud, por favor manténgase a la espera, y así todo se repite cíclifcamente hasta que se dignan a cogerte el teléfono.
Te contesta una persona que lo primero que hace es decirte su nombre y su apellido, como si eso fuese de vital impoirtancia para tu avería, y después te pregunta cúal es el problema. Tú se lo cuentas, pues qu emi teléfono me da avería y no tiene ni 3 meses, que me costó una pasta y ni se enciende ni carga ni nada, y el tío, o la tía dice ajá, ajá, por favor indíqueme su nombre, y se lo dices, muy bien Don Héctor, indíqueme su NIF, y se lo dices, peor también le dices que no te llame de usted, que eres un tipo joven, muy bien Don Héctor, indíqueme su nombre completo, y selo repites, porque se lo acabas de decir hace 3o segundos, ok,Don Héctor, indíqueme su número de teléfono, y se lo dices, muy bien, Don Héctor, permanezca a la espera mientras compruebo sus datos, y otra vez la jodida música, tirurítata , y ahí sigues, esperando a ver si se convence de que tú eres tú y de que en realidad eres un cliente y no un loco que llama para tocar las pelotas, que por cierto las tuyas bien te las están tocando.
Por fiiiiiiiiiiin, el tipo vuelve, y te dice, ok Don Héctor, ya hemos comprobado sus datos, pero aquí no podemos hacer nada, diríjase a su distribuidor más cercano y que le recojan el terminal allí, llve la factura de compra del terminal con usted, y tú dices, pues no la he guardado, ¿me podéis hacer una copia y envíarmela por fax?, y el tipo, voy a consultarl, permanezca a la espera tirurítata y así unos minuticos mientras averigua si te pueden hacer el favor de mandartre la factura por fax, y tú ya asqueado, porque has vivido los 10 minutos más largos y tediosos de tu vida y encima no te van a solucionar nada, empiezas a pensar en mandarlo a la mierda y colgar y..... Don Héctor? ¿sigue ahí? qué bien, piensas, ya me toca, pero no, permanezca a la espera un poco más por favor, sigo consultando su solicitud, y ya piensas, joder ¿tendrá que hablar con el Rey?¿con la Ministra de Fomento?¿con el Papa?¿con el Dalai Lama?, bueno a tí a lo mejor no te iba mal el hablar con el Dalai Lama, a ver si te deja irte a meditar una temporada al Tíbet y así dejar de oír tirurítata y mandar al carajo al teléfono y la señora madre del amigo Graham Bell, pero en vez de irte al Tíbet esperas, y por fin vuelve el tipo, y te dice ¿Don Héctor? hemos gestionaod su consulta, no podemos enviarle la factura, diríjase al 2471 y allí le atenderán nuestros compañeros y resolverán su petición, muchas gracias por su llamada, y pra cualquier cosa acuda a nosotros que estamos a su disposición.
Joder,¿ a mi disposición?, llevas 15 minutos colgado al teléfono, con la oreja sudorosa, el brazo que es un calambre desde los dedos hasta el hombro, una desesperación galopante y, lo peor de todo, el tirurítata retumba en tu cabeza sin piedad anulando todo pensamiento coherente, y encima cada vez que acudas a tu cerebro te resonará esa odiosa melodía, al menos durante las siguientes horas,pensarás ¿dónde he aparcado? tirurítata ¿cómo ha quedado el Barça? tirurítata
¿qué coño hago pegado al teléfono en mitad de la calle dando vueltas como un subnormal y con cara de tonto? tirurítata.
PD: El tema de la factura lo intentaré resolver cuando me haya recuperado de esto y deje de resonar la maléfica melodía en mi cabeza, a ver si ahí, al menos, ponen una melodía un poco menos irritante.
Suspicious minds
jueves, 10 de enero de 2008
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